Un trimestre muy movido con sones, tambores y viajes.
Hemos tenido cuatro encuentros de Terapia Coramai y las mujeres están practicando, sanando y replicando.
El círculo al parque de junio precedido de lluvia, canto y liberación, fue bello con el compartir de palabra y ejercicios de autosanación Coramai. El encuentro con mujeres con quienes he compartido en otros espacios, con un rostro del que sólo conocía la voz, de la Madre en plena manifestación.
Julio fue más interiorizado, aunque con muchos desplazamientos. Muchas oportunidades de sanación entre la diversidad de mujeres, mucha gratitud por los reencuentros y las nuevas miradas. Felicidad por los procesos que aunque individuales son el reflejo de lo que se está viviendo en nuestro colectivo, gozar las iniciativas de unas y las andadas de otras. Sacralizar el agua, el vacío y su eterno movimiento, volar con las bendiciones de otra y ver como las propias toman rumbo.
Gira la rueda y retorno a Bogotá, reencuentros con unas y con otras.
Respirar. Y un sólo paso a la vez dar...
Nos hemos apoyado, hemos sido aliadas, hemos compartido desde corazón y soltando, soltando...vamos hilando, tejiendo un nuevo movimiento en Sororidad.
Gracias a todas. Bendiciones en sus respectivos vuelos.
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