Reunidas en torno al círculo la energía de la dualidad se abre en espiral y nos recuerda que todo es medicina: el agua, el aire, el fuego, la tierra, la palabra, la caricia, el silencio, un canto, una danza, nuestra luna.
Una noche serpentina, una noche para recordar que la renovación parte desde nuestro interior y que ahí radica nuestro mejor médico, nuestra medicina interna.
Se mueve la energía y abre nuevas sendas.
Una noche para agradecer y compartir...
GRACIAS
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