Recién llegando del círculo -donde Ana María- guiado por Patricia Rodríguez y ...decantando.
La alegría de la niña que a veces oculta está en este cotidiano afanoso en el que a veces nos movemos y en el que muchas veces me agoté sale para recordarme que SIEMPRE está ahí, en mí. Reconocer la niña en cada una, en los demás es desentrañar el misterio del juego de la vida en cada instante.
He agradecido por lo que tengo y por lo que no, he navegado entre el pedir -bien detallado- y el no hacerlo, entre el reír y el callar, y el compartir entre todas la importancia de la confianza y el aprender a pedir bien.
Abuelo Tabaco dulce e intenso como siempre, gracias.
Paciencia y alegría.
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