Los encuentros entre mujeres son maravillosos, producimos enormes cantidades de oxitocina, serotonina y dopamina, atenuamos el cortisol y la adrenalina de la vida diaria y nos permitimos expresar libremente nuestra voz, nuestro silencio.
Encontrar un grupo de mujeres con quienes compartir es muy importante, poderlo hacer en forma frecuente es un gran regalo y una maravillosa forma de recargar baterías.
Cada día son más los círculos que se convocan. Recuerdo el sueño de hace unos años de que en cada barrio hubiese al menos un círculo para que las mujeres todas pudieran estar en estos bellos encuentros y poco a poco inspirar a los hombres a que tuvieran los suyos. E incluso considerar círculos mixtos de encuentro mutuo. Se ha ido cumpliendo, cada vez hay más círculos, los círculos mixtos ya son una realidad. Se recuperan esos encuentros de parches, costureros y más.
Los encuentros de amigas, de hermanas, de cómplices. En sus múltiples formas y frecuencias. Inspiradores y sanadores. Que nutran los círculos familiares, para que las mujeres con vínculo de sangre sanen mutuamente, que nutran los momentos en que cada mujer está consigo misma en su círculo íntimo. Que nutran cada instante de la vida misma.
Que los espiralados encuentros me lleven, te lleven...cada día más profundamente al interior del Ser.
Nutriendo el círculo íntimo...nutrimos la vida.
AMARA